lunes, 14 de abril de 2014

No tengo sobre que escribir.



Desde julio del 2011 mi vida cambio y para mal. No, no murió nadie cercano a mí, no rompí con algún novio, no me abandono alguna amistad. Simplemente se esfumaron  las ganas de soñar, de creer que tenía el chance de vivir una historia  de princesa, se esfumaron mis sueños con él.
Lo peor de todo, es que ahora lo recuerdo. Ahora revivo todo lo sucedido y me pregunto ¿Por qué sufrí tanto? Él nunca fue nada mío, yo no debía tomarlo a pecho, yo no debí llorar, yo no debería ni siquiera recordar fechas.
Pasaron los años  (es increíble que hayan sido 3 años)  y sin embargo sigo sintiendo algo roto en mí. Cambie, me cerré. ¿Qué si lo lloro? Por supuesto que no. Con esos 3 años se vino también un golpe d madurez que me hizo reconocer lo ridícula que sería si seguía llorando por un desconocido. No, ya no lloro. Pero algo en mi sigue sintiéndose mal, sigue negándose, sigue quejándose, sigue doliendo.  Lo se porque ya no converso igual, lo sé porque ya no abrazo igual, lo sé porque ya no sueño.  
Que me siento mal me atrevo a vociferar, cuando ya no puedo soportarlo más.
-¿Mal? ¿De qué hablas?  ¡Si a ti todo te sale genial! Vamos ayúdame a estudiar.
-Vale- respondo, pensando cuan idiota me debo ver siendo la niñata que ayuda estudiar a los demás.

Pero sigo estando vacía, sigo  dejando de sentir, sigo sin nada que escribir.