martes, 30 de diciembre de 2014

entre hadas y realidades

Siempre he creído en cuentos de hadas, por ello me he preparado desaforadamente para que mi burbuja de cristal se haga añicos y *ta ram* hola realidad.
Estamos hoy día cerrando el año 2014 un año excesivamente movido.  No fue mi mejor año pero tampoco peor, sinceramente solo fue un año más. Un año de realidades que aparecían como residuos de alguna explosión enorme, sí algo así como si hubiese explotado una mega burbuja parecida a la mía, la personal, la de los cuentos de hadas. Fue año de grandes pérdidas, de maduración y crecimiento. Creo que por primera vez me sentí en completa soledad. Y eso, no está mal después de todo, estar a solas te hace meditar y crecer en ti mismo. Lo reconozco, no fue fácil pero tampoco fue extremadamente difícil, simplemente fue. Aprendí que las cosas se dan cuando tu las buscas, que los cuentos de hadas pueden existir pero sólo si tienes la fortaleza de crearlos y creer que puedes ser protagonista de ellos. Que de lo malo se aprende. Que a veces esta bien gritar, chillar, protestar. Que en la medida en que juzgues será juzgado. Y que de nada sirve el orgullo ni la pena ni el callar si no te hace hacer.
Hoy, a un día para que el 2014 termine solo tengo mas ganas de seguir. Como dije, creo con desesperación que los cuentos de hadas pueden existir. Pero se que no aparecen de la nada. Que ameritan, trabajo, esfuerzo y fe. Y ¿quien soy yo para limitarme a vivirlos?

“Tú eres el mago que puedes cumplir con tus sueños, siempre y cuando te esfuerces y sepas que dentro de ti no solo hay una persona que quiere cumplir sus sueños, sino que tienes que luchar con aquella parte tuya que no quiere cumplirlos, pero que tienes que vencer”

viernes, 17 de octubre de 2014

Los mismos viernes

El día de hoy fue tan tedioso! No veía la hora de estar aquí, en mi casa.  Temprano en la mañana llegue a mi clase de finanzas, a pesar del averío de la camioneta por puesto y de los 20 minutos que tuve que esperar a que otro camión pasase. Ahora que lo pienso no le conté nada de esto a nadie, ni siquiera a mi madre, supongo que porque en realidad el retraso fue insignificante. O quizás porque nadie le interesaría. 
El punto es que llegue, y para mi desgracia el retraso no fue mayor, porque tuve que esperar en la universidad unos 30 minutos más a que la clase empezara. Como siempre, use esos minutos para fingir que algo interesante hacia o quizás para fingir que aun estando sola y aburrida podía hacer algo útil. Fui al baño y luego de embarrarme las manos de jabón liquido, caí en cuenta de que en el edificio no había agua ¡hurra! Ya me ha pasado otras veces y las otras veces igualmente me las ingenie para quitarme la olorosa baba de las manos (o al menos intentarlo) Al fin fuera –y con las manos empastadas- me senté a revisar mi móvil, casi no tenía señal, cosa que tan poco es de extrañar. Si, es que la paso genial estando sola, aburrida y de paso sin un puto aparato que teclear. Pero hoy por suerte, o por lastima de algún santo, si tuve una cobertura decente. Le escribí a mi amiga, a mi única amiga, ella estaba despierta a pesar de las 3 horas de diferencia. “Buen día, estoy sola” anexe una foto y ella hizo lo mismo. Mierda, la extraño.
Finalmente empezaron a llegar compañeras de clases, ni salude ni ellas lo hicieron. Entraron al salón y se distribuyeron en asientos de otro lado, me acerque a una de ellas (con la que más he hablado)  dije unas banalidades para mantenerme con el grupo, quede sola con ella y hablamos de cosas que aún no recuerdo mientras esperábamos al profesor.  No es que no tuviera interés en lo que ella decía, es que simplemente siento que al hablar con ella, no estoy siendo de alguna manera escuchada, es como estar con un radio: habla, habla, habla y no se detiene ni es capaz de captar lo que dices. Quizás sea mi problema.
Llego el profesor, un anciano, era agradable y parecía muy inteligente. Trate de enfocarme en lo que decía y en sus preguntas, pero no, no pude. Empecé a dudar de mi capacidad para pasar la materia, en realidad creía que se me haría muy fácil, a diferencia de la mayoría de las personas del salón que odian los números y están estudiando periodismo solo por eso. Una estupidez, siempre lo he pensado. Pero tal parece que los estúpidos saben más de lo que odian que yo, que nunca lo he odiado.
Termino la clase, bien. Al ir al otro salón espere a Mario, no encontré asientos cercanos así que me senté donde pude. Y él también lo hizo. Estando separada de él me imagine lo que serían mis próximos años en aquel lugar, él se iría y solo quedaría yo de un grupo que empezó siendo de cuatro.
“De este país hay que irse, ya prácticamente todo lo de aquí es una mierda comparada con cualquiera de afuera” decían las muchachas con las que Mario y yo logramos sentarnos a comer, luego de que comprendimos que después de haber tratado de encajar con los demás grupetes del salón, solo nos quedaban ellas, unas chicas nuevas.
Hablaron de viajes de graduación (que no tuve) de conciertos (a los que nunca he ido) de tiendas, comidas y lugares de otros países (que jamás he podido conocer ya que nunca he viajado al exterior) luego hablaron de los novios,  los chicos intensos, como se comportan en la relación… yo –nuevamente- parecía una completa extraterrestre escuchando hablar otro idioma, otra jerga o de otro mundo.
Reía mientras comía y simulaba entender por completo lo que decían, en realidad nada de lo que decían se me hacía familiar. Sentía que estaba comiendo con personas mucho más maduras y experienciadas, incluso Mario se sentía parte de ese grupo, yo, en definitiva no.
Finalmente termino el almuerzo, me sentía aliviada a pesar del intenso dolor de estómago que tuve en medio de toda la plática (que –a su vez- nunca tuve). Espere alrededor de 4 horas y media hasta la próxima clase. En el salón vi entrar a otro compañero de clases, uno de los pocos con los que he hablado más, o bueno, de los que saludo. No quería saludarlo, el chico me había invitado a una reunión en su casa, irían los de la universidad, me dijo cuándo me contó sobre el evento. Hola, que tal, vas? Es aquí, llega tarde.
Sonreí, bien, claro, está bien, nos vemos. Me sentí mal, en serio. Primero porque acababa de rechazar (aunque nadie lo supiese) una de las pocas invitaciones que probablemente me harían, segundo porque no quería faltarle a él, era uno de los pocos que me agradaba, pero la realidad era que no podía ir y hasta no quería en el fondo, ni quiero. 
Al llegar a mi casa le conté a mi madre. Silencio. Que continúe estudiando, que a alguien le tengo que agradar y que algún día quizás pueda ir a reuniones de noche… pero que ahora no. Y es de lógica, tan tarde y sin carro o como llegar al lugar y venir? Nadie me daría la cola.
Tome mi celular de nuevo. “Me siento mal, ignorante, inmadura y te extraño demasiado” mi amiga me respondió que me calmara, le conté. “Aun somos jóvenes, no desesperes” “Si pero se me va la vida queriendo ser joven, no puedo porque nada me deja, el país no me deja, mis padres no me dejan, no quiero!” Logro calmarme, siempre lo hace (incluso ignorándome) .
Le pregunte que como pasaría su cumpleaños (el primero sin estar juntas) tiene planes y está molesta porque no podrá fiestear hasta tan tarde, que no se queje, que me vea a mí, le respondí.
¿Cerrada o encerrada? Qué más da, siguen siendo los mismos viernes, mis viernes.






jueves, 9 de octubre de 2014

No quiero madurar

Entrando en segundo ano de curso universitario me he dado cuenta de varias cosas.

1 Soy terriblemente insegura
2 Soy ridiculamente dependiente
3 Soy -y muy a mi pesar- descaradamente inmadura.

No he crecido; subirme a un metro a diario, calarme la cola de la camionetica, incluso convivir durante mas de doce horas con un grupo de desconocidos sin siquiera una persona que pueda llamar amigo, nada de eso me ha cambiado.

Sigo siendo la muchacha insegura que se apunto en clases de comunicación por que "derrepente, algo bueno pasa, algo sale".

Y para completar -como si esta dosis de baja autoestima no fuera suficiente para un solo cuerpo- Mario, mi unico "companero" de clases me abandona para irse a estudiar en el exterior. No se porque, pero de alguna manera saberlo me afecto mas que cuando mi mejor amiga (de vida y escuela) me comento lo mismo.

Me siento sola, mas que nunca. Y quiero convencerme de que me siento fuerte. Siempre he sido asi, como mi madre, terca. Capaz de inventarse un millón de excusas para no afrontar que algo malo pasa.
Que quizás un cambio de sección me haga bien ( en mi grupo parece que calificaron todos los hijo de putas mas superficiales que en mi vida he conocido) que quizás, uno no sabe y manana me toque a mi decir adiós, que quien quita y me voy al exterior. Y así... voy ingeniándomelas para tratar de hacerme la vida un poco mas fácil. Esto no es lo que quería. Quizas -y si es que lo hace alguien- este  no es el blog que querias leer, no hablo de sexo, no hablo de fiestas, mis textos no dan indicios de algun amor. No hablo ni siquiera de amigos, de diversión o de cosas mas banales (o propias de jóvenes) como la ropa, la moda, mis pasatiempos.. y créeme yo tampoco lo esperaba así.  No es lo que me imaginaba. Pero es lo que soy. Impredecible, jamas misteriosa (como ciertas y equivocadas personas me creen)  jamas sorprendente (como me gustaría ser, aunque sea me gustaría creer) solo soy una triste impredecible. Por no decir decepcionante.

jueves, 1 de mayo de 2014

Dicha en tiempos de poca literatura.

-Simplemente digo que a lo mejor solo tengamos que irnos, la clase quizás la cancelen- le dije a Trice mientras sacaba la pesada guía de Historia Iberoamericana.
-Oye, se que odias este lugar, pero tienes que venir. Ahora dame la guía, sacare las copias lo mas rápido que pueda- mi amiga me hizo un guino.
Había salido del pequeño recinto tan rápido como pude, el olor a papel (y no el olor suave y adictivo olor de los libros, era el puro olor a papel, el olor a vomito) me dio nauseas y saber que me quedaban mas horas en mi detestable universidad me enfermaba. En serio odiaba el lugar.
Pasaron los minutos, y ante el aburrimiento no tuve mas remedio que volver a la librería. Entre y mi amiga permanecía esperando a que la atendieran, la mire con un gesto de cansancio lo mas rápido que puedas eh?
-Creo que se quedo trabada la maquina- dijo.
Genial.
Alguien había entrado detrás de mi y se posiciono al lado de mi amiga. No reconocía su aspecto, así que no le di importancia.
-Hola, podrías por favor averiguar cuantas guías del profesor Blanco tienes aquí?- pregunto el chico.
-Ehm, si espera un momento- respondió la muchacha de la caja.
Pensé que estaríamos ahí todo el día. Mientras olía el nauseabundo olor, pensaba en lo contradictoria que era al querer estudiar una carrera como el periodismo o publicidad (y al mismo tiempo detestar el olor a las copias y el papel)
-Sabes que? Me iré. Y.Y tu también! Me estoy muriendo aquí adentro- no parecía yo la que hablaba, exageradamente amargada y cansada. La universidad sacaba lo peor de mi y en los peores momentos
-Espera! Faltan solo 15 paginas- mi amiga me suplico
-Esta bien, pero cuando salgamos de aquí tendrás que comprarme algo de comer. Estoy.... estoy desahuciada- dije mientras me tumbaba en el mostrador exagerando mi "desdicha"
-Desao que?- dijo mi amiga en un tono lo suficientemente alto como para que el chico a su lado la escuchara- eres tan loca. Esa palabra siquiera existe?
-Si, si existe.- dijo el chico con una gran sonrisa, mientras se metía en la conversación.
Su aspecto era inmejorable cabello negro y rulado, lo suficientemente largo como para que le cayera en su rostro, ojos claros, no se si verdes o grises, pero en definitiva claros, lo se, porque contrastaba con su oscuro cabello. Una lluvia de pecas en su rostro que apenas se apreciaban en la luz y una sonrisa que mata, o matas por ella (ya a esas alturas ni lo sabia) No sabia quien era, que hacia ahí o que estudiaba, pero sabia que fuese quien fuese, era agradable, no como el resto de chicos lindos de la universidad.
Tuve que exhalar todo el aire que retenía en mi (y no sabia desde hace cuanto lo hacia) entonces sonreí de la manera mas natural que pude.
-Es importante que amplíes el léxico, tris- dije en broma, mientras no dejaba de mirar al chico.
El sonrió.
-Vaya lo siento. Pero es que usas siempre unas palabras tan raras!- se defendió mi amiga
El chico seguía mirándonos y yo ya no sentí mas que la habitación oliera a vomito o que me causara nauseas, ni siquiera tenia hambre.
-Es importantisimo de hecho- afirmo el, mientras se reía y sus ojos se clavaban en mi mirada.
No exhales mas. No respires mas. Dile algo.
-Aquí están.
Ah?
-Ah?- sonó la voz de mi amiga.
-Las copias, aquí están - repitió la voz de la chica del mostrador.
-Oh! Gracias cuanto te debo?- pregunto mi amiga mientras sacaba el dinero de su bolso.
Mi mirada seguía perdida en el extraño chico literato. Y el seguía mirándonos como si algo le pareciera gracioso, debía voltear no podía permanecer allí mirándolo sin mas. 
-Al? Nos vamos?- dijo la voz de Trice casi cantando.
-Ahm, si.
El chico levanto levemente su mano y sonrió con amabilidad. Yo hice lo mismo mientras me marchaba de la librería de mi universidad, que había dejado de ser nauseabunda, fría y aburrida para convertirse en el primer lugar donde las letras, la gramática y la literatura se traducían en sonrisas, lindas miradas y (creo yo) felicidad.

lunes, 14 de abril de 2014

No tengo sobre que escribir.



Desde julio del 2011 mi vida cambio y para mal. No, no murió nadie cercano a mí, no rompí con algún novio, no me abandono alguna amistad. Simplemente se esfumaron  las ganas de soñar, de creer que tenía el chance de vivir una historia  de princesa, se esfumaron mis sueños con él.
Lo peor de todo, es que ahora lo recuerdo. Ahora revivo todo lo sucedido y me pregunto ¿Por qué sufrí tanto? Él nunca fue nada mío, yo no debía tomarlo a pecho, yo no debí llorar, yo no debería ni siquiera recordar fechas.
Pasaron los años  (es increíble que hayan sido 3 años)  y sin embargo sigo sintiendo algo roto en mí. Cambie, me cerré. ¿Qué si lo lloro? Por supuesto que no. Con esos 3 años se vino también un golpe d madurez que me hizo reconocer lo ridícula que sería si seguía llorando por un desconocido. No, ya no lloro. Pero algo en mi sigue sintiéndose mal, sigue negándose, sigue quejándose, sigue doliendo.  Lo se porque ya no converso igual, lo sé porque ya no abrazo igual, lo sé porque ya no sueño.  
Que me siento mal me atrevo a vociferar, cuando ya no puedo soportarlo más.
-¿Mal? ¿De qué hablas?  ¡Si a ti todo te sale genial! Vamos ayúdame a estudiar.
-Vale- respondo, pensando cuan idiota me debo ver siendo la niñata que ayuda estudiar a los demás.

Pero sigo estando vacía, sigo  dejando de sentir, sigo sin nada que escribir.

viernes, 21 de marzo de 2014

Ser fea

El viernes pasado charlaba con mi mejor amiga de la situación del país. Habíamos nacido en el lugar equivocado, le comente. Ella rió. "Mi abuela dice que si triunfas en el primer mundo, triunfas en cualquier parte del mundo". Ese era un juicio bastante lógico a decir verdad. Le dije que era cierto, pero que que era inevitable sonreirle al mundo cuando el mundo no te dejaba sonar siquiera. Entonces ella volvió a quejarse y dijo que nuestra opción era trabajar y marcharnos, que por eso ella no estudiaba, que lo haría después.

Yo reí -estudiar también asegura un triunfo.
-Si, pero de que sirve matarse si después no veras ganancia alguna?
-Si la ves... tarde quizás pero la ves.
-Estudiar no sirve de nada, o bueno si. Pero no lo es todo, no te asegura el dinero.
-Pero el dinero no lo es todo en esta vida tampoco, gran parte, si -dije con un tono muy jovial- Pero no lo es todo hay cosas mas importantes.
-Como que?

Sabia que habían cosas mas importantes, pero tenia miedo de poner esas cosas importantes en mi boca, porque ella me conocia tanto como yo, y sabia al igual que yo, que si hablaba de amor, entonces no tenia moral para responder eso. No conocía al amor, ella lo sabia, yo lo sabia.

-Y no me vayas a decir que las personas, los sentimientos y todo eso - se quejo. Mi prima se caso con un hombre que no ama, y allí esta ella, viviendo como una reina. A veces quisiera casarme con un hombre así y que me mantenga y ya, ser feliz.
Mis  ojos se abrieron de par en par y sin titubeos le demostré mi total inconformidad por sus comentarios.
-Yo lo se Isa, y no, no me quiero casar con alguien con interés. Solo digo que nos hace falta malicia, hemos sido muy ilusas por tanto tiempo, somos muy gilipollas.
Recordé esos anos de quinceanera en la que ambas, mi mejor amiga y yo estábamos enamoradas del mismo chico, ella se dejo pisotear por el y yo calle lo que sentía por respeto a ella, ninguna de dos logramos nada, ella por no ser lo "suficientemente buena" para el y yo por cobarde.
Era verdad, fuimos por mucho tiempo gilipollas, Yo aun lo era - Yo de casarme lo haría por amor... si es que existe y me llega, porque tal como voy..
Mi amiga rió - Y de que te extrañas?
Yo también reí, supuse que lo decía porque eso que sentía le pasaba a todas -Si, lo se.

-Te has vuelto fea. Desarreglada, ya ni tiempo tienes para eso, te dejaste y por eso es que no conoces a nadie. A veces necesitas ser mas provocativa sabes? A los hombres les gusta, yo tan solo con el labial rojo bien afincado levanto miradas y eso esta bien, alguno cae y quien dice, a lo mejor, algo positivo surja, como con mi prima.

Sus palabras me habían caído como un balde de agua fría. Me había dicho que me había dejado a mi misma, que se me había olvidado ser bonita y que por eso nada bueno le pasaba a mi vida. Reflexione en el peso de sus palabras. Y me di cuenta de cuanto pueden doler cuando vienen de alguien de quien estimas. No me dolía por que me había dicho fea, me dolía porque pensaba que era eso lo que contribuía con mi fracaso diario. Por que pensaba que solo siendo bonita yo lograría llegar lejos, Entonces razone y halle las razones. Ella era tan fea como yo, pero era fea porque le habían enfeecido el alma, la habían llenado de comentarios crueles que la llevaron a pensar todas esas horripilancias que defendía como si fuera testigo de ellas.

-Si, estoy fea. Lo siento, de veras - mi comentario había causado extrañeza como si pensase que estaba a punto de iniciar una pelea- Me he abandonado porque me la vivo pensando en el futuro. Porque vivo creyendo que algo bueno tiene que pasar. Porque pienso que me vale mierda ya como me vea la gente. Porque la gente que me rodea me dejo de importar desde el momento en que me di cuenta que muy pocos quieren de verdad. Porque creo que cada día se esta peor y mas personas viven mal y porque se que soy una inutil, que no hace nada por los demas, ni por si misma...como veras. Pero sobre todo porque estoy enganchada a que las cosas cambien porque siempre seré la ilusa que espera que se le devuelva la bondad. Lo siento. Pero prefiero ser fea a vivir con mi interior vuelto mierda. 




sábado, 4 de enero de 2014

Sobre el amor y follar.

¿La querías?
-Si.
-¿La follaste?
-No.
-Entonces, ¿porque estuviste con ella?
-Cuando vi como caían las lagrimas de sus ojos me di cuenta que no permitiría que nunca mas volviera a llorar. No quería follar con ella, quería abrazarla en el cine y ahogarla con mis besos. Quería reírme de sus gestos de niña pequeña, tan dulce como ella. Quería ver como la llamaban distintos chicos y ella les contestaba que no quería a nadie mas, que no fuese yo. Ella no era como el resto del mundo, ella me quería, no como las demás. Me quería a su manera, con cariño y sinceridad. Yo la amaba. Ella era la niña de mis ojos. El amor no solo se basa en hacer el amor, sexo, follar o como lo quieras llamar... enamorarse es mas que compartir besos, abrazos, es ser sincero, respetar y amar con el corazón a esa persona a la que le dices te amo.


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A ver, lei esto en una pagina fan de facebook. Apenas lo lei, juro copie todo el texto con el gesto mas *escupiendoarcoiris* en mi rostro... Todo muy bien hasta que lei los comentarios. Digamos que la mayoria de las personas que comentaron coincidieron en algo: ESTA MIERDA NUNCA SUCEDE.

En realidad justo ahora no se que siento con respecto al texto, lo sigo leyendo y me sigue gustando, sigo imaginandome al par de amigos hablando y sigo sonriendo, pero tan solo el hecho de pensar que soy la unica idiota que cree que esa situacion sea posible, me hace sentir.... pendejiisima. PERO AJA, se que soy pendeja, se que soy ilusa y se que DEPASO escribo mal. Pero estoy bien, creo que puedo vivir con eso.

viernes, 3 de enero de 2014



Alex tenía muchas ganas de asistir a aquella cena familiar en la que conocería a su tío político. Jane, su tía, no había tenido mucha suerte con los hombres, pero un golpe de suerte la sorprendió a mediados de noviembre, cuando conoció a Martin.
-¿Cómo es? – pregunto curiosa Alex a su hermano, quien había tenido la oportunidad de conocer a Martin cuando estuvo en Canadá.
-Ew, no sé- respondió sin interés.
-Vamos! Tiene que tener algo que recuerdes ¿Es lindo? ¿Gordo? ¿Habla mucho?
-Es un hombre normal, Alex. AHORA DEJA DE FASTIDIARME –pronuncio en una voz mucho más alta cuando se percató de que su madre estaba en la cocina.
-¡Alex! Vístete y deja a Mauro en paz. Tus abuelos están esperando por nosotros y aun no te has bañado- su mama parecía estar más molesta por el retraso que emocionada por conocer al nuevo integrante de la familia.
-Mama no le hice nada! Solo quería saber cómo era el tío… estos viejos si fastidian ¿eh? Estamos prácticamente en el restaurant ya, nos queda al lado, no sé si lo recuerdes -Alex también sonaba irritada.
-Ya sabes como son, cámbiate, ahora.
Alex dejo de mordisquear el pedazo de galleta y sin ánimo se dispuso a arreglarse. Cuando paso al lado de su hermano, escucho.
-Es simpático, tiene lindos ojos.
Alex rio – ¿Tiene lindos ojos?
-Sí. Yo quisiera tenerlos así pues.
-Claro, claro… - ella sabía que su hermano se lamentaba mucho no tener los ojos más claros, pero aceptar que era simpático significaba que Martin era guapo, no solo simpático.
-Son grises. Creo.
Se parece a Damon de Vampire Diaries?!
-Solo es simpático.
Alex se había emocionado, tenía un tío como Ian Somehalder y estaba a punto de conocerlo.
-Hagamos algo, entras tú y saludas, yo te sigo- le dijo a su madre.
Alex estaba nerviosa y no porque conocería a su tío, ella realmente era tímida, incluso con su familia.
Un sonido electrónico sonó detrás de ella, en el bolsillo de su padre.
-¿Quién es?- pregunto Mauro
-Papa, ya me ha mensajeado 3 veces, están sirviendo la comida y los familiares de Martin tienen hambre ¡Apúrense!
-Los familiares? También trajo a su familia?!- casi grito Alex.
-Alex, compórtate un poco al menos. Deja de gritar.
-Shhhhhhhh- soltó con fuerza su mama, mientras de adentraba al restaurant.
El restaurant, era una tasca. Fría y repleta de madera. La tasca de al lado de su casa, para variar. Y realmente era para variar puesto que aunque quedaba literalmente al lado de donde vivía la disfuncional familia, no solían ir allí.
Alex saludo a sus abuelos y tíos, y luego camino hasta donde estaban todos los familiares desconocidos.
-Es un placer- dijo sonriendo a una de las hermanas de Martin.
-Igualmente, tu eres la nieta no?
-la mayor si, Alex.
-Maya.
-Encantada ¡lindo nombre!
Alex seguía sonriendo, entonces, luego de haber besado a casi medio restaurant rápidamente y cada vez con menos chachara. Se acercó a un cuerpo robusto, alto y joven, lo intuía por la forma. No alcanzo a detallar su rostro solo se paró enfrente de el dispuesta a saludarlo, al igual como había hecho con las demás personas.
Poniéndose de puntillas y estampándole un beso en la mejilla al hombre, lo saludo.
-Hola.
Al volver al suelo se percató del apuesto joven que había besado, tez dorada, facciones fuertes, nariz perfilada, rubio y de ojos grises.
¡Ojos grises! Es el. Él es mi tío! Es Martin! Vaya mierda, mi tía si sabe ligarse a los hombres.
Y todo esto había pasado en menos de tres segundos, Alex noto la incomodidad del muchacho que aún seguía mirándola confundido.
-Ya va, yo… no-dijo con suavidad y haciendo gestos lentos con sus manos.
Alex no comprendía, quiso decir algo pero no salió palabra alguna de su boca y él tampoco había hablado así que no se detuvo, esto era normal en ella, evitar situaciones incomodas y al parecer el estaba incomodo, lo que no comprendía era por qué, pero como si no pensara en ello, continuo su recorrido y así sin más, saludo al hombre de al lado.
-Encantado, Martin- dijo el hombre de mediana estatura, mostrando una gentil sonrisa y abriendo sus parpados cada vez más mostrando casi con arrogancia sus ojos grises, estaba emocionado, justo como pasa cuando conoces a la familia de tu futura esposa.
Martin. Eres. Martin
Por un momento Alex pareció alegrarse, si este era Martin, aquel chico rubio no era su tío y eso la aliviaba. No sabía nuevamente porque. Puesto que comprendía que si el chico no era Martin, entonces era su familia. Quizás su sobrino o hermano menor y claramente ella no podía salir con la familia politica, ni siquiera podía salir con cualquier hombre de cualquier otra familia hasta que cumpliera 27 según su abuelo.
-¡Martin!- la chica por fin había hablado- Hola, yo soy Alex!
El hombre estaba riendo para cuando la chica logro hablar.
-Creía que te habías asustado o algo, encantado.
-No, no, no. Solo que…- di algo- pues, por fin te conozco! Tío!.
Martin rio y la abrazo. Finalmente Alex se había librado de la larga ronda de saludos. Ya sentada en la mesa, al lado de su otra tía política –ya conocida- y su hermano, pudo distinguir y detallar a cada uno de los familiares de Martin, a quienes hace unos segundos había saludado.
¿Y donde se metió?  Pensó. Mientras buscaba con su mirada al joven rubio.
-¡Alex!- grito su abuelo desde el otro lado de la mesa.
-Dime, abuelo- obedeció con timidez.
-Conociste al sobrino de Martin?
La gente en la mesa parecía sonreír. Y ella también.
-Si, si. Creo- Bufo casi tartamudeando.
-No, de hecho no- dijo el  sonriente joven sentado al lado de su abuelo, un chico que no reconocía y que no recordaba haber saludado.
-¿Tu eres el sobrino?- soltó Alex confundida.
-Sí, el mayor y único, por ahora.
El chico era menor que ella por un ano como mucho, le calculo,  aunque aparentaba menos edad por su forma de vestir y más por su forma de hablar, su tez era clara y su pelo negro y grasoso.  
-No te vi- dijo Alex con impaciencia.
-No estaba allí parado. Encantado.
El chico dijo su nombre y Alex sonrió, no había escuchado ni la mitad de lo que el chico le decía a ella y a su abuelo, quien parecía muy entusiasmado con la idea de debatir con un joven de 15 años (claro siempre y cuando el saliera ganando) , al parecer hablaban de langostinos y mariscos, pero a ella no parecía interesarle. Lo único que hacía era mirar hacia los lados buscando al chico apuesto que había besado.
Entonces lo vio,  vio como camino con rapidez desde la entrada del restaurant hasta el área de bar, ella estaba sonriendo y posando su mirada en el mantel, en su bebida, en las gafas del sobrino de Martin que dejaba de hablar y mover sus manos. Posaba sus ojos en cualquier otra cosa que evitara posar sus ojos en él, lo cual se le dificultaba cada vez más, y no porque realmente tuviera ganas de verlo sino porque la sombra del chico se movía con rapidez de un lado al otro en la habitación.


Me esta mirando, que le sucede? Esta chica esta loca... Que le sorprende? 

Son unos tarados, aquí hay gato encerrado. ¿Por qué no deja de moverse de uno al otro lado? Parece preocupado como si estuviera ocupándose de algo...

Una idea nacio en ella : Lo más seguro es que la familia de Martin le tenga algo preparado a Jane. Y es el, el que trama y realiza todo. Es..es..

-Es oliva, ¿Quieres? – Interrumpió la voz de su hermano, mientras interponía la botella entre el rubio y sus ojos.
-¿Ah? Sí. Un poco- no termino de decir antes de que su hermano le hubiera lanzado la botella.
El joven se acercó a la mesa y tomo un pimentero, le hizo un gesto a Martin y empezó a condimentar el plato de paella que estaba en la mesa.
¿Y también sabe echar pimienta?  Que colaborador es! Casi sonaba enamorada.
Un grito interrumpió las alabanzas mentales de Alex al chico, entonces, enseguida él se movilizo a la parte trasera del restaurant con un gesto molesto.

Papa siempre hace esto, que impotencia no poder salir corriendo. Debe de estar pensando que soy demente, pero vaya manera de tratar a los locos! En que estoy pensando. Tengo que salir de aqui, pero mirala. La loca quizas es ella. Parece no estar consciente de lo que hace. 

Otro grito sono en la cocina.

-Que pasa?
-El traje, hijo. Que siempre tienes que andar desalinado? No estas en tu casa.
-Ya, ya. Esta bien- finalmente dijo el joven mientas se arreglaba.

En la mesa, todos comian, Alex no comprendía que sucedia con el chico, pero se dispuso a comer su paella en cuanto noto que el chico se marchó.
Si es posible me la terminare antes de que regrese, quizás así pueda hablar con él, además no me puede ver comiendo, ¡DIOS! esto es casi una primera cita.
Alex estaba consciente de que estaba muy lejos de ser una primera cita, pero se auto convenció y empezó a comer de su plato con rapidez y sin levantar la mirada de él.
-Vaya que tienes hambre- musito su tía.
-Es solo que no desayune- dijo la primera excusa que se le había ocurrido.
Oh mierda que dije. Demasiado tarde.
-No has desayunado!- su tía casi grito- Por eso es que estas tan flaca.
Esto era lo que se temía. El espectáculo, el de siempre, el de los tíos, tías, abuelos, abuelas, tataratios y hasta primos, el espectáculo que siempre hacían sobre la alimentación de ella, su salud, su carrera, sus estudios, sus amigos. Realmente era difícil ser la primera nieta.
-No, no, no, o sea. Si comí, pero poco.
-¿Por qué? No me digas que estas a dieta, no quiero que sigas esas..
-No tía! No estoy a dieta es que- buscaba una excusa para terminar con el pesado sermón de siempre, la chica miro el blanco mantel y el cubierto en su mano, mientras revolvía sus pensamientos en busca de un argumento fiable- es que me gusta tanto la paella de acá, que quise ayunar para poder comer más.
El chico estaba escuchándola con detenimiento y con una sonrisa confidente en su rostro, quizás no lo hacía intencionalmente puesto  que estaba parado a escasos centímetros de ella, por no decir justo detrás de ella, tenía una jarra de agua en su mano esperando a que la joven volteara y se percatara de que el mozo intentaba servirle agua, si ella lo deseaba claro.
-¿Quieres?- dijo inclinándose hacia ella con la jarra en su mano. Su gesto parecía severo, casi como si quisiera salir de esto de una buena vez.
Era el. Alex no podía creerlo, el rubio, el sobrino, el chico de su cita, el  colaborador era el mesonero. Obviamente era el mesonero.
Los ojos de Alex casi salieron de orbita, cuando miro nuevamente el hermoso rostro de él joven ahora vestido con pajarita, frente a ella.
Huyo de su mirada y volteo su rostro.
¡¿Qué hiciste?! – Se arremetió con dureza para sí misma, mientras cerraba con fuerza sus ojos
Habla, no lo dejes con la palabra en la boca. Habla ¡dile algo tarada!
-Nei…ah.. yo.
¿Qué haces acá?- Se quejó el joven consigo mismo y rodo sus ojos.
-¿Gustas un poco?- forzó nuevamente su sonrisa, aunque nadie pudo percatarse de eso. Era carismático sin quererlo, quizás era muy guapo y eso era lo que ocultaba su no-simpatia.
Sin apartar los ojos de su plato Alex se obligó a hablar.
-No, muchas gracias.
Y entonces el joven se retiró con rapidez, sirvió un poco de agua a los demás comensales y para cuando Alex logro levantar la mirada, lo vio marchándose y quitándose la pajarita con rudeza.
Que gran cagada. Pensaron en ese instante los dos.


jueves, 2 de enero de 2014





-No puedo creer que finalmente estés aquí – grito por encima de la música
-Ya, Diego. Ni yo lo creo, pero estoy! Ahora disfrutemos lo que               queda de la noche.
-Lo que quedas, dices? Nos queda toda una noche por delante, isa.
Conocía ese gesto, conocía su cara, su sonrisa pícara. Esa era el gesto de mayor felicidad que le conocía y que tanto me gustaba.
-Eres hermosa- soltó, y lo hizo porque yo también reía, reíamos como dos idiotas que le habían dado un pasaje al paraíso, dos inmaduros que estaban a punto de vivir la mejor vida de sus noches, o noche de su vida, ya el orden no importaba.
-Ya estas ebrio? –  dije para molestarlo y sabiendo claramente la respuesta.
-Necesito muchas más de estas para estarlo – dijo señalando la botella en su mano.
Tomaba lentamente de la misma mientras no apartaba los ojos de mí, con esa mirada de felicidad que no lograba ocultar, entonces, su gesto se tornó serio y luego como si recién se estuviera enterando de lo que estaba pasando, retiro la botella de su boca y se preparó para decirlo.
-Esta es la cosa, no quiero que tomes de cualquier vaso, botella, o trago que no te dé yo. Y nada de ebriedad, no al menos para ti…- quiso sonar menos regañón a último momento, lo adivine pero no lo logro.
-¿Qué pasa? Crees que hay otros como tú, sueltos aquí- sinceridad de amiga, pensé.
Su ceno se frunció, no tarde en notarlo, y el no tardo en notar que lo hacia
-No tengo dudas de que así sea.
Diego aparto sus ojos de mí y apretó mi mano, mientras apartaba con sus hombros a la masa de gente que no dejaba de beber y bailar.
-¡Conocerás al grupo!
-De acuerdo! – grite, disimulando con una sonrisa los nervios que se produjeron repentinamente en mí
Salude al conjunto de personas, algunas caras familiares pero aun así irreconocibles, varias de sus amigas besaron mis mejillas, mientras que los chicos asentían hacia mí con amabilidad.
-No parecen drogadictos- dije cuando estábamos solos en la barra.
-No los juzgues así… -diego dijo algo ofendido
-No los juzgo, es un comentario y no lo parecen, al menos no a simple vista- sonreí.
Soltó un suspiro mientras miraba con detenimiento mis ojos y llevaba su mano a su nuca.
-¿Qué sucede?
-Nada, solo quiero dejar en claro que se quiénes son, sé que hacen y no estoy de acuerdo y me encantaría que tú tampoco lo estuvieses, pero… son agradables. Son agradables, unos agradables drogadictos. Es solo la verdad y no hare como si no la supiese. Y eso no dañara tu noche ¿verdad?
El solo sonrió, me regalo una sonrisa tierna como si dijese “esta chica…”
-Nunca vas a desistir ¿verdad?
-No.
-Por eso es que te quiero tanto.
Acerco su rostro al mío, aun con esa estúpida y sensual sonrisa, respire su aliento y sentí el calor que emanaba de su boca. Deje de respirar por un segundo, lo juro. Entonces solo me abrazo por unos segundos.  Tomo los dos vasos de bebida fluorescente y me acerco uno, el rosa.
-Combina con tus tacones- dijo con un guiño.
-¿Es enserio?- me burle.
-Al menos agradece, no sé cómo funciona contigo, estoy haciéndote sentir cómoda, bebe.
-Solo relájate y haz lo que siempre haces, quiero conocer tu faceta de demente fiestero-señale con total honestidad- y no me digas bebe.
-Cierto es para las perras.
Empuje mi cuerpo hacia su brazo y logre derramar un poco de su bebida, sus ojos buscaron mi rostro  con un fingido enojo.
-Más vale que muevas tu precioso trasero!
-Oye, Diego ¡NOOOOOOO! – dije riendo mientras me tomaba por la cintura.
Sus enormes manos hacían cosquillas sobre mi abdomen y parte de mi espalda, no paraba de reír y por un momento me pareció estar más en un salón de juegos para nenes en lugar de una discoteca. Alcance a ver a la esquina donde estaban sus amigos, parecían estar más atentos a lo que hacíamos en lugar de disfrutar de la fiesta, pensé que sería porque era nueva, no me conocían y  que quizás el estar en una discoteca no era nada nuevo ni excesivamente emocionante para ellos.
-¿Qué les pasa?- señale  hacia aquella esquina cuando diego me había bajado al suelo.
-¿A ellos? Si, también he visto cómo te ven- dijo con un gesto más severo.
-Nos ven.
-Lo se…
-No, no dije que nos ven ahora –aunque lo hacían – digo que no es que me vean, nos ven. A ambos.
-Seguro, isa y yo soy virgen –Dijo para negar lo que decía.
-¡Diego!
-¿Qué?
-No estas celoso- pronuncie con miedo a escuchar su respuesta, aunque sabría que la tomaría como había tomado cualquier otro comentario incomodo entre los dos: como si nada.
-Les he dicho que ni respiren a tu alrededor.
-¡QUE?! – No esperaba esa respuesta
-No quiero que te conozcan mucho.
-Explícate.
-Eres muy buena, sam. No merecen que te gusten algunos de ellos.
-No me va a gustar ninguno de ellos!
-Nunca lo sabes.
-De cualquier manera no es tu asunto ¿o si? Yo no estoy al tanto de con cuantas te acuestas por noche.
Mi comentario sonó grotesco, lo supe en cuanto me escuche, pero tenía que decirlo.
-No- hizo una pausa- pero es distinto.
Oh no, no había dicho eso.
-Explícate ahora tú, porque supongo que sabes que no entiendo una mierda en que se diferencian.
Diego estaba riendo, lo cual me enloquecía aún más. Miro por encima de mi hombro, buscando las palabras para explicarse, pero más tarde supe que no eran argumentos los que buscaban, eran excusas para continuar con la noche.
-Estas hoy bajo mi cuidado y no me gustan esos tipos para ti. Es todo, deja que al menos de esto me encargue yo.
-Son tus amigos.
-Sí, pero- se acercó un poco a mi oído y dijo casi susurrando- ¿sabes? Dicen las malas lenguas que son drogadictos.

Sonreí. Vaya manera de festejar en mierda.

miércoles, 1 de enero de 2014

No hay titulo.

Leia el blog de la princesa de espana, la Letizia, lo hacia solo por casualidad, porque supongo me gusta enterarme de los detalles mas intimos de otras vidas interesantes, y comprendia que tan distintas mentalidades podemos tener las personas que compartimos mundo.
Por cada 3 oraciones encontraba una incoherencia, una banalidad, si! una estupidez, y no es que yo conozca mucho de Espana y sus problemas socioeconomicos, pero es que hay que tener un buen par de ovarios para escribir lo que esta princesa-periodista escribe.
No se si sea envidia, pero en definitiva, y creo que porque es algo que me obligaria hacer, yo en su lugar no compartiria comentarios de mi extrema belleza matutina gracias a las divinidades del botox y dos lineas mas abajo hablaria de la temprana muerte de la madre de mi "doncella" a causa de los recortes que hace el gobierno al sector sanitario, recortes que tambien me hacen a mi como princesa, razon por la que ya no podria comprar la maxibotella de Channel n`5 sino la grande.
Y bueno podria seguir, pero no creo que valga la pena. Sucede que quizas soy muy ignorante, quizas no comprendo otras cosas, ese decir mentes, otros mundos porque soy asi y ya, o porque "no sabes ponerte en el lugar del otro"diria mi papa. Pasa que cuando el hablaba de ponerme en los zapatos de alguien mas, hablaba de una persona que padece sufre y halla salidas en santos, "santos que antes no parecian ser tan queridos" critico, y yo, bueno, yo hablo de ponerme en los zapatos de la princesa Letizia, y periodista* que conste, que creo que es lo que mas le admiro a la muy suertuda. Digo al menos sabe hacer algo. Y de lo segundo mejor ni hablo mas, porque que se yo de santos!

Pero apartandome de toda esta tematica de Letizia y mi ignorancia o falta de comprension, debo decir que hoy 2 de enero (realmente 1ro) siento que no he despedido a el ano, o si. Es que el 2013 paso volando y tanto que no se si ocurrieron pocas cosas o muchas, tantas que ya no recuerdo. Me da dolor pensar que no hubo fotos, no hubo videos, bailes de promo o si quiera viajes. Me gradue y no me entere. Me volvi adulta y aun no caigo en cuenta, tal parece que sigo en el 2011, en el 21 de enero del 2011 para ser exactos. Ya hace cuanto de eso, 3 anos. tres largos anos y nada que se supera. Aun me cuestiono como carajo sigo recordando esa fecha y sigo pensando que todo lo que recuerdo sucedio ayer, pero eso si, no recuerdo ni pio el dia en que cumpli 18, o que hice el dia de mi graduacion. Y es que el amor asi sea ficticio te hace tanto mal que terminas volviendote idiota o algo, terminas atada, peleada con el mundo, terminas dudando hasta de tu nombre, sobre todo  cuando es un amor no correspondido, un amor que no existio, un "amor mental".

Pero y que? Que si tampoco recuerdo con exactitud quien era verdaderamente el, que si, que se que obviamente no lo hago porque como dije fue mental, pero igual, no es el lo que recuerdo o si?
No se, lo dudo. Pero si para hacer de un ano memorable tengo que enamorarme, entonces que asi sea... pero de mi carrera, de un pasatiempo, de lo que sea. No estaria mal que en el primer ano de periodismo ya sienta pasion por lo que hago  (o hare) entonces, que valga mierda! y que sea amor a primera vista, pero YA,

Vamos, muevanse tripas, desaparecte hambre, enfriate manos! Muestren indicios de algun enamoramiento y hagan de este ano, algo al menos vivido. O no se, por lo menos hagan que quiera volver a la universidad y a ese mundo de estupidos superficiales del que quiero escapar para no regresar jamas.

No se, a veces pienso que pienso mucho y que por eso no hay centro alguno que valga, solo se que si por mi fuera viviria aqui acostada en mi cama, o recostada en el sillon de la sala viendo un maraton de Friends mientras le pregunto a mi mama cuando cambiaran las cosas, cuando me casare y me ire de esta mierda, cuando viajare para estar-y-no-estar con nadie a la vez, cuando tendre amistades y un  millon de botellas para y por compartir, cuando me convertire en esa mujer atractiva, valiente e inteligente que todas queremos ser, "Metete a modelo" dice, modelo?  pienso que es superficial, estupido, que no se ni sonreir, no se ni agradarle a la gente, pero a la mierda todo! modelo estaria bien. Y asi empiezo el 2014 alimentando a mi pobre mente de material para contradecirse una y otra vez.