sábado, 4 de enero de 2014

Sobre el amor y follar.

¿La querías?
-Si.
-¿La follaste?
-No.
-Entonces, ¿porque estuviste con ella?
-Cuando vi como caían las lagrimas de sus ojos me di cuenta que no permitiría que nunca mas volviera a llorar. No quería follar con ella, quería abrazarla en el cine y ahogarla con mis besos. Quería reírme de sus gestos de niña pequeña, tan dulce como ella. Quería ver como la llamaban distintos chicos y ella les contestaba que no quería a nadie mas, que no fuese yo. Ella no era como el resto del mundo, ella me quería, no como las demás. Me quería a su manera, con cariño y sinceridad. Yo la amaba. Ella era la niña de mis ojos. El amor no solo se basa en hacer el amor, sexo, follar o como lo quieras llamar... enamorarse es mas que compartir besos, abrazos, es ser sincero, respetar y amar con el corazón a esa persona a la que le dices te amo.


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A ver, lei esto en una pagina fan de facebook. Apenas lo lei, juro copie todo el texto con el gesto mas *escupiendoarcoiris* en mi rostro... Todo muy bien hasta que lei los comentarios. Digamos que la mayoria de las personas que comentaron coincidieron en algo: ESTA MIERDA NUNCA SUCEDE.

En realidad justo ahora no se que siento con respecto al texto, lo sigo leyendo y me sigue gustando, sigo imaginandome al par de amigos hablando y sigo sonriendo, pero tan solo el hecho de pensar que soy la unica idiota que cree que esa situacion sea posible, me hace sentir.... pendejiisima. PERO AJA, se que soy pendeja, se que soy ilusa y se que DEPASO escribo mal. Pero estoy bien, creo que puedo vivir con eso.

viernes, 3 de enero de 2014



Alex tenía muchas ganas de asistir a aquella cena familiar en la que conocería a su tío político. Jane, su tía, no había tenido mucha suerte con los hombres, pero un golpe de suerte la sorprendió a mediados de noviembre, cuando conoció a Martin.
-¿Cómo es? – pregunto curiosa Alex a su hermano, quien había tenido la oportunidad de conocer a Martin cuando estuvo en Canadá.
-Ew, no sé- respondió sin interés.
-Vamos! Tiene que tener algo que recuerdes ¿Es lindo? ¿Gordo? ¿Habla mucho?
-Es un hombre normal, Alex. AHORA DEJA DE FASTIDIARME –pronuncio en una voz mucho más alta cuando se percató de que su madre estaba en la cocina.
-¡Alex! Vístete y deja a Mauro en paz. Tus abuelos están esperando por nosotros y aun no te has bañado- su mama parecía estar más molesta por el retraso que emocionada por conocer al nuevo integrante de la familia.
-Mama no le hice nada! Solo quería saber cómo era el tío… estos viejos si fastidian ¿eh? Estamos prácticamente en el restaurant ya, nos queda al lado, no sé si lo recuerdes -Alex también sonaba irritada.
-Ya sabes como son, cámbiate, ahora.
Alex dejo de mordisquear el pedazo de galleta y sin ánimo se dispuso a arreglarse. Cuando paso al lado de su hermano, escucho.
-Es simpático, tiene lindos ojos.
Alex rio – ¿Tiene lindos ojos?
-Sí. Yo quisiera tenerlos así pues.
-Claro, claro… - ella sabía que su hermano se lamentaba mucho no tener los ojos más claros, pero aceptar que era simpático significaba que Martin era guapo, no solo simpático.
-Son grises. Creo.
Se parece a Damon de Vampire Diaries?!
-Solo es simpático.
Alex se había emocionado, tenía un tío como Ian Somehalder y estaba a punto de conocerlo.
-Hagamos algo, entras tú y saludas, yo te sigo- le dijo a su madre.
Alex estaba nerviosa y no porque conocería a su tío, ella realmente era tímida, incluso con su familia.
Un sonido electrónico sonó detrás de ella, en el bolsillo de su padre.
-¿Quién es?- pregunto Mauro
-Papa, ya me ha mensajeado 3 veces, están sirviendo la comida y los familiares de Martin tienen hambre ¡Apúrense!
-Los familiares? También trajo a su familia?!- casi grito Alex.
-Alex, compórtate un poco al menos. Deja de gritar.
-Shhhhhhhh- soltó con fuerza su mama, mientras de adentraba al restaurant.
El restaurant, era una tasca. Fría y repleta de madera. La tasca de al lado de su casa, para variar. Y realmente era para variar puesto que aunque quedaba literalmente al lado de donde vivía la disfuncional familia, no solían ir allí.
Alex saludo a sus abuelos y tíos, y luego camino hasta donde estaban todos los familiares desconocidos.
-Es un placer- dijo sonriendo a una de las hermanas de Martin.
-Igualmente, tu eres la nieta no?
-la mayor si, Alex.
-Maya.
-Encantada ¡lindo nombre!
Alex seguía sonriendo, entonces, luego de haber besado a casi medio restaurant rápidamente y cada vez con menos chachara. Se acercó a un cuerpo robusto, alto y joven, lo intuía por la forma. No alcanzo a detallar su rostro solo se paró enfrente de el dispuesta a saludarlo, al igual como había hecho con las demás personas.
Poniéndose de puntillas y estampándole un beso en la mejilla al hombre, lo saludo.
-Hola.
Al volver al suelo se percató del apuesto joven que había besado, tez dorada, facciones fuertes, nariz perfilada, rubio y de ojos grises.
¡Ojos grises! Es el. Él es mi tío! Es Martin! Vaya mierda, mi tía si sabe ligarse a los hombres.
Y todo esto había pasado en menos de tres segundos, Alex noto la incomodidad del muchacho que aún seguía mirándola confundido.
-Ya va, yo… no-dijo con suavidad y haciendo gestos lentos con sus manos.
Alex no comprendía, quiso decir algo pero no salió palabra alguna de su boca y él tampoco había hablado así que no se detuvo, esto era normal en ella, evitar situaciones incomodas y al parecer el estaba incomodo, lo que no comprendía era por qué, pero como si no pensara en ello, continuo su recorrido y así sin más, saludo al hombre de al lado.
-Encantado, Martin- dijo el hombre de mediana estatura, mostrando una gentil sonrisa y abriendo sus parpados cada vez más mostrando casi con arrogancia sus ojos grises, estaba emocionado, justo como pasa cuando conoces a la familia de tu futura esposa.
Martin. Eres. Martin
Por un momento Alex pareció alegrarse, si este era Martin, aquel chico rubio no era su tío y eso la aliviaba. No sabía nuevamente porque. Puesto que comprendía que si el chico no era Martin, entonces era su familia. Quizás su sobrino o hermano menor y claramente ella no podía salir con la familia politica, ni siquiera podía salir con cualquier hombre de cualquier otra familia hasta que cumpliera 27 según su abuelo.
-¡Martin!- la chica por fin había hablado- Hola, yo soy Alex!
El hombre estaba riendo para cuando la chica logro hablar.
-Creía que te habías asustado o algo, encantado.
-No, no, no. Solo que…- di algo- pues, por fin te conozco! Tío!.
Martin rio y la abrazo. Finalmente Alex se había librado de la larga ronda de saludos. Ya sentada en la mesa, al lado de su otra tía política –ya conocida- y su hermano, pudo distinguir y detallar a cada uno de los familiares de Martin, a quienes hace unos segundos había saludado.
¿Y donde se metió?  Pensó. Mientras buscaba con su mirada al joven rubio.
-¡Alex!- grito su abuelo desde el otro lado de la mesa.
-Dime, abuelo- obedeció con timidez.
-Conociste al sobrino de Martin?
La gente en la mesa parecía sonreír. Y ella también.
-Si, si. Creo- Bufo casi tartamudeando.
-No, de hecho no- dijo el  sonriente joven sentado al lado de su abuelo, un chico que no reconocía y que no recordaba haber saludado.
-¿Tu eres el sobrino?- soltó Alex confundida.
-Sí, el mayor y único, por ahora.
El chico era menor que ella por un ano como mucho, le calculo,  aunque aparentaba menos edad por su forma de vestir y más por su forma de hablar, su tez era clara y su pelo negro y grasoso.  
-No te vi- dijo Alex con impaciencia.
-No estaba allí parado. Encantado.
El chico dijo su nombre y Alex sonrió, no había escuchado ni la mitad de lo que el chico le decía a ella y a su abuelo, quien parecía muy entusiasmado con la idea de debatir con un joven de 15 años (claro siempre y cuando el saliera ganando) , al parecer hablaban de langostinos y mariscos, pero a ella no parecía interesarle. Lo único que hacía era mirar hacia los lados buscando al chico apuesto que había besado.
Entonces lo vio,  vio como camino con rapidez desde la entrada del restaurant hasta el área de bar, ella estaba sonriendo y posando su mirada en el mantel, en su bebida, en las gafas del sobrino de Martin que dejaba de hablar y mover sus manos. Posaba sus ojos en cualquier otra cosa que evitara posar sus ojos en él, lo cual se le dificultaba cada vez más, y no porque realmente tuviera ganas de verlo sino porque la sombra del chico se movía con rapidez de un lado al otro en la habitación.


Me esta mirando, que le sucede? Esta chica esta loca... Que le sorprende? 

Son unos tarados, aquí hay gato encerrado. ¿Por qué no deja de moverse de uno al otro lado? Parece preocupado como si estuviera ocupándose de algo...

Una idea nacio en ella : Lo más seguro es que la familia de Martin le tenga algo preparado a Jane. Y es el, el que trama y realiza todo. Es..es..

-Es oliva, ¿Quieres? – Interrumpió la voz de su hermano, mientras interponía la botella entre el rubio y sus ojos.
-¿Ah? Sí. Un poco- no termino de decir antes de que su hermano le hubiera lanzado la botella.
El joven se acercó a la mesa y tomo un pimentero, le hizo un gesto a Martin y empezó a condimentar el plato de paella que estaba en la mesa.
¿Y también sabe echar pimienta?  Que colaborador es! Casi sonaba enamorada.
Un grito interrumpió las alabanzas mentales de Alex al chico, entonces, enseguida él se movilizo a la parte trasera del restaurant con un gesto molesto.

Papa siempre hace esto, que impotencia no poder salir corriendo. Debe de estar pensando que soy demente, pero vaya manera de tratar a los locos! En que estoy pensando. Tengo que salir de aqui, pero mirala. La loca quizas es ella. Parece no estar consciente de lo que hace. 

Otro grito sono en la cocina.

-Que pasa?
-El traje, hijo. Que siempre tienes que andar desalinado? No estas en tu casa.
-Ya, ya. Esta bien- finalmente dijo el joven mientas se arreglaba.

En la mesa, todos comian, Alex no comprendía que sucedia con el chico, pero se dispuso a comer su paella en cuanto noto que el chico se marchó.
Si es posible me la terminare antes de que regrese, quizás así pueda hablar con él, además no me puede ver comiendo, ¡DIOS! esto es casi una primera cita.
Alex estaba consciente de que estaba muy lejos de ser una primera cita, pero se auto convenció y empezó a comer de su plato con rapidez y sin levantar la mirada de él.
-Vaya que tienes hambre- musito su tía.
-Es solo que no desayune- dijo la primera excusa que se le había ocurrido.
Oh mierda que dije. Demasiado tarde.
-No has desayunado!- su tía casi grito- Por eso es que estas tan flaca.
Esto era lo que se temía. El espectáculo, el de siempre, el de los tíos, tías, abuelos, abuelas, tataratios y hasta primos, el espectáculo que siempre hacían sobre la alimentación de ella, su salud, su carrera, sus estudios, sus amigos. Realmente era difícil ser la primera nieta.
-No, no, no, o sea. Si comí, pero poco.
-¿Por qué? No me digas que estas a dieta, no quiero que sigas esas..
-No tía! No estoy a dieta es que- buscaba una excusa para terminar con el pesado sermón de siempre, la chica miro el blanco mantel y el cubierto en su mano, mientras revolvía sus pensamientos en busca de un argumento fiable- es que me gusta tanto la paella de acá, que quise ayunar para poder comer más.
El chico estaba escuchándola con detenimiento y con una sonrisa confidente en su rostro, quizás no lo hacía intencionalmente puesto  que estaba parado a escasos centímetros de ella, por no decir justo detrás de ella, tenía una jarra de agua en su mano esperando a que la joven volteara y se percatara de que el mozo intentaba servirle agua, si ella lo deseaba claro.
-¿Quieres?- dijo inclinándose hacia ella con la jarra en su mano. Su gesto parecía severo, casi como si quisiera salir de esto de una buena vez.
Era el. Alex no podía creerlo, el rubio, el sobrino, el chico de su cita, el  colaborador era el mesonero. Obviamente era el mesonero.
Los ojos de Alex casi salieron de orbita, cuando miro nuevamente el hermoso rostro de él joven ahora vestido con pajarita, frente a ella.
Huyo de su mirada y volteo su rostro.
¡¿Qué hiciste?! – Se arremetió con dureza para sí misma, mientras cerraba con fuerza sus ojos
Habla, no lo dejes con la palabra en la boca. Habla ¡dile algo tarada!
-Nei…ah.. yo.
¿Qué haces acá?- Se quejó el joven consigo mismo y rodo sus ojos.
-¿Gustas un poco?- forzó nuevamente su sonrisa, aunque nadie pudo percatarse de eso. Era carismático sin quererlo, quizás era muy guapo y eso era lo que ocultaba su no-simpatia.
Sin apartar los ojos de su plato Alex se obligó a hablar.
-No, muchas gracias.
Y entonces el joven se retiró con rapidez, sirvió un poco de agua a los demás comensales y para cuando Alex logro levantar la mirada, lo vio marchándose y quitándose la pajarita con rudeza.
Que gran cagada. Pensaron en ese instante los dos.


jueves, 2 de enero de 2014





-No puedo creer que finalmente estés aquí – grito por encima de la música
-Ya, Diego. Ni yo lo creo, pero estoy! Ahora disfrutemos lo que               queda de la noche.
-Lo que quedas, dices? Nos queda toda una noche por delante, isa.
Conocía ese gesto, conocía su cara, su sonrisa pícara. Esa era el gesto de mayor felicidad que le conocía y que tanto me gustaba.
-Eres hermosa- soltó, y lo hizo porque yo también reía, reíamos como dos idiotas que le habían dado un pasaje al paraíso, dos inmaduros que estaban a punto de vivir la mejor vida de sus noches, o noche de su vida, ya el orden no importaba.
-Ya estas ebrio? –  dije para molestarlo y sabiendo claramente la respuesta.
-Necesito muchas más de estas para estarlo – dijo señalando la botella en su mano.
Tomaba lentamente de la misma mientras no apartaba los ojos de mí, con esa mirada de felicidad que no lograba ocultar, entonces, su gesto se tornó serio y luego como si recién se estuviera enterando de lo que estaba pasando, retiro la botella de su boca y se preparó para decirlo.
-Esta es la cosa, no quiero que tomes de cualquier vaso, botella, o trago que no te dé yo. Y nada de ebriedad, no al menos para ti…- quiso sonar menos regañón a último momento, lo adivine pero no lo logro.
-¿Qué pasa? Crees que hay otros como tú, sueltos aquí- sinceridad de amiga, pensé.
Su ceno se frunció, no tarde en notarlo, y el no tardo en notar que lo hacia
-No tengo dudas de que así sea.
Diego aparto sus ojos de mí y apretó mi mano, mientras apartaba con sus hombros a la masa de gente que no dejaba de beber y bailar.
-¡Conocerás al grupo!
-De acuerdo! – grite, disimulando con una sonrisa los nervios que se produjeron repentinamente en mí
Salude al conjunto de personas, algunas caras familiares pero aun así irreconocibles, varias de sus amigas besaron mis mejillas, mientras que los chicos asentían hacia mí con amabilidad.
-No parecen drogadictos- dije cuando estábamos solos en la barra.
-No los juzgues así… -diego dijo algo ofendido
-No los juzgo, es un comentario y no lo parecen, al menos no a simple vista- sonreí.
Soltó un suspiro mientras miraba con detenimiento mis ojos y llevaba su mano a su nuca.
-¿Qué sucede?
-Nada, solo quiero dejar en claro que se quiénes son, sé que hacen y no estoy de acuerdo y me encantaría que tú tampoco lo estuvieses, pero… son agradables. Son agradables, unos agradables drogadictos. Es solo la verdad y no hare como si no la supiese. Y eso no dañara tu noche ¿verdad?
El solo sonrió, me regalo una sonrisa tierna como si dijese “esta chica…”
-Nunca vas a desistir ¿verdad?
-No.
-Por eso es que te quiero tanto.
Acerco su rostro al mío, aun con esa estúpida y sensual sonrisa, respire su aliento y sentí el calor que emanaba de su boca. Deje de respirar por un segundo, lo juro. Entonces solo me abrazo por unos segundos.  Tomo los dos vasos de bebida fluorescente y me acerco uno, el rosa.
-Combina con tus tacones- dijo con un guiño.
-¿Es enserio?- me burle.
-Al menos agradece, no sé cómo funciona contigo, estoy haciéndote sentir cómoda, bebe.
-Solo relájate y haz lo que siempre haces, quiero conocer tu faceta de demente fiestero-señale con total honestidad- y no me digas bebe.
-Cierto es para las perras.
Empuje mi cuerpo hacia su brazo y logre derramar un poco de su bebida, sus ojos buscaron mi rostro  con un fingido enojo.
-Más vale que muevas tu precioso trasero!
-Oye, Diego ¡NOOOOOOO! – dije riendo mientras me tomaba por la cintura.
Sus enormes manos hacían cosquillas sobre mi abdomen y parte de mi espalda, no paraba de reír y por un momento me pareció estar más en un salón de juegos para nenes en lugar de una discoteca. Alcance a ver a la esquina donde estaban sus amigos, parecían estar más atentos a lo que hacíamos en lugar de disfrutar de la fiesta, pensé que sería porque era nueva, no me conocían y  que quizás el estar en una discoteca no era nada nuevo ni excesivamente emocionante para ellos.
-¿Qué les pasa?- señale  hacia aquella esquina cuando diego me había bajado al suelo.
-¿A ellos? Si, también he visto cómo te ven- dijo con un gesto más severo.
-Nos ven.
-Lo se…
-No, no dije que nos ven ahora –aunque lo hacían – digo que no es que me vean, nos ven. A ambos.
-Seguro, isa y yo soy virgen –Dijo para negar lo que decía.
-¡Diego!
-¿Qué?
-No estas celoso- pronuncie con miedo a escuchar su respuesta, aunque sabría que la tomaría como había tomado cualquier otro comentario incomodo entre los dos: como si nada.
-Les he dicho que ni respiren a tu alrededor.
-¡QUE?! – No esperaba esa respuesta
-No quiero que te conozcan mucho.
-Explícate.
-Eres muy buena, sam. No merecen que te gusten algunos de ellos.
-No me va a gustar ninguno de ellos!
-Nunca lo sabes.
-De cualquier manera no es tu asunto ¿o si? Yo no estoy al tanto de con cuantas te acuestas por noche.
Mi comentario sonó grotesco, lo supe en cuanto me escuche, pero tenía que decirlo.
-No- hizo una pausa- pero es distinto.
Oh no, no había dicho eso.
-Explícate ahora tú, porque supongo que sabes que no entiendo una mierda en que se diferencian.
Diego estaba riendo, lo cual me enloquecía aún más. Miro por encima de mi hombro, buscando las palabras para explicarse, pero más tarde supe que no eran argumentos los que buscaban, eran excusas para continuar con la noche.
-Estas hoy bajo mi cuidado y no me gustan esos tipos para ti. Es todo, deja que al menos de esto me encargue yo.
-Son tus amigos.
-Sí, pero- se acercó un poco a mi oído y dijo casi susurrando- ¿sabes? Dicen las malas lenguas que son drogadictos.

Sonreí. Vaya manera de festejar en mierda.

miércoles, 1 de enero de 2014

No hay titulo.

Leia el blog de la princesa de espana, la Letizia, lo hacia solo por casualidad, porque supongo me gusta enterarme de los detalles mas intimos de otras vidas interesantes, y comprendia que tan distintas mentalidades podemos tener las personas que compartimos mundo.
Por cada 3 oraciones encontraba una incoherencia, una banalidad, si! una estupidez, y no es que yo conozca mucho de Espana y sus problemas socioeconomicos, pero es que hay que tener un buen par de ovarios para escribir lo que esta princesa-periodista escribe.
No se si sea envidia, pero en definitiva, y creo que porque es algo que me obligaria hacer, yo en su lugar no compartiria comentarios de mi extrema belleza matutina gracias a las divinidades del botox y dos lineas mas abajo hablaria de la temprana muerte de la madre de mi "doncella" a causa de los recortes que hace el gobierno al sector sanitario, recortes que tambien me hacen a mi como princesa, razon por la que ya no podria comprar la maxibotella de Channel n`5 sino la grande.
Y bueno podria seguir, pero no creo que valga la pena. Sucede que quizas soy muy ignorante, quizas no comprendo otras cosas, ese decir mentes, otros mundos porque soy asi y ya, o porque "no sabes ponerte en el lugar del otro"diria mi papa. Pasa que cuando el hablaba de ponerme en los zapatos de alguien mas, hablaba de una persona que padece sufre y halla salidas en santos, "santos que antes no parecian ser tan queridos" critico, y yo, bueno, yo hablo de ponerme en los zapatos de la princesa Letizia, y periodista* que conste, que creo que es lo que mas le admiro a la muy suertuda. Digo al menos sabe hacer algo. Y de lo segundo mejor ni hablo mas, porque que se yo de santos!

Pero apartandome de toda esta tematica de Letizia y mi ignorancia o falta de comprension, debo decir que hoy 2 de enero (realmente 1ro) siento que no he despedido a el ano, o si. Es que el 2013 paso volando y tanto que no se si ocurrieron pocas cosas o muchas, tantas que ya no recuerdo. Me da dolor pensar que no hubo fotos, no hubo videos, bailes de promo o si quiera viajes. Me gradue y no me entere. Me volvi adulta y aun no caigo en cuenta, tal parece que sigo en el 2011, en el 21 de enero del 2011 para ser exactos. Ya hace cuanto de eso, 3 anos. tres largos anos y nada que se supera. Aun me cuestiono como carajo sigo recordando esa fecha y sigo pensando que todo lo que recuerdo sucedio ayer, pero eso si, no recuerdo ni pio el dia en que cumpli 18, o que hice el dia de mi graduacion. Y es que el amor asi sea ficticio te hace tanto mal que terminas volviendote idiota o algo, terminas atada, peleada con el mundo, terminas dudando hasta de tu nombre, sobre todo  cuando es un amor no correspondido, un amor que no existio, un "amor mental".

Pero y que? Que si tampoco recuerdo con exactitud quien era verdaderamente el, que si, que se que obviamente no lo hago porque como dije fue mental, pero igual, no es el lo que recuerdo o si?
No se, lo dudo. Pero si para hacer de un ano memorable tengo que enamorarme, entonces que asi sea... pero de mi carrera, de un pasatiempo, de lo que sea. No estaria mal que en el primer ano de periodismo ya sienta pasion por lo que hago  (o hare) entonces, que valga mierda! y que sea amor a primera vista, pero YA,

Vamos, muevanse tripas, desaparecte hambre, enfriate manos! Muestren indicios de algun enamoramiento y hagan de este ano, algo al menos vivido. O no se, por lo menos hagan que quiera volver a la universidad y a ese mundo de estupidos superficiales del que quiero escapar para no regresar jamas.

No se, a veces pienso que pienso mucho y que por eso no hay centro alguno que valga, solo se que si por mi fuera viviria aqui acostada en mi cama, o recostada en el sillon de la sala viendo un maraton de Friends mientras le pregunto a mi mama cuando cambiaran las cosas, cuando me casare y me ire de esta mierda, cuando viajare para estar-y-no-estar con nadie a la vez, cuando tendre amistades y un  millon de botellas para y por compartir, cuando me convertire en esa mujer atractiva, valiente e inteligente que todas queremos ser, "Metete a modelo" dice, modelo?  pienso que es superficial, estupido, que no se ni sonreir, no se ni agradarle a la gente, pero a la mierda todo! modelo estaria bien. Y asi empiezo el 2014 alimentando a mi pobre mente de material para contradecirse una y otra vez.