sábado, 20 de mayo de 2017

Cosa positiva #8

Era un sábado más o menos común, la calle agitada, 11 am. 
Esperaba que el bus se llenara para arrancar y así apurar mi llegada a la montana que subía cada fin de semana para tratar de relajarme.

Había mucha gente, el carro ya estaba casi lleno de pasejeros, cuando veo que el conductor habla en la acera con una mujer de aspecto pobre. Traía un morral un nino en brazos y otros dos pequenos (nino y nina) la acompanaban.

La mujer su subió al bus y se sentó exactamente adelante de mi. No tardé en percibir un olor extrano, molesto. Eran ella y sus hijos. La mujer de menos de 30 anos, se mostraba exhausta, decía groserías mientras hablaba por celular y repetía todo lo que había hecho para llegar allí.

Pensé todo "que era una mujer pobre, que porque no había comprado condones, que seguro ni para eso alcanzaba en aquel entonces, que menos ahora... que qué bruta" También pensé en su hijo, "de grande será como ella, pobre, trabajará en cualquier cosa, si es que tiene suerte".

Entonces, una mujer mucho mayor se subió al bus. Era delgada, su rostro me causó cierta impresión, de muchas, muchísimas arrugas, cabello marrón casi naranja y unos labios pintados de rosa vivo. Ella saludó a los pasajeros, y se sentó en el anciento de enfrente en la columna de al lado. Lo primero que hizo fue saludar a los ninos, les preguntó su nombre, reía. Dijo al más pequeno "muéstrame con tus deditos qué edad tienes". La madre comentaba "le falta uno" en un tono seco pero como quien quiere tratar de ser amable, como quien también merece afecto.

La senora reía y asentía, incluso se inclinaba hacia el asiento donde estaba aquella incompleta familia. Se me olvidó por completo el mal olor de hace unos momentos. Me quedé anonadada con la belleza de aquella senora, que si bien a su llegada me había causado impresión por su centenar de arrugas, ahora me encantaba por su bondad y dulzura.

Alrededor, otros también la veían. Incluso una mujer que estaba en el pasillo del bus, seguía con sus ojos la conversación entre la senora y los ninos, al igual que yo, no podía dejar de sonreírle a la escena, aún cuando al llegar no parecía estar de tan buen humor.

Cuando la anciana pidió la parada se despidió de los muchachitos y de su madre, y desde afuera les sonrió con picardía.

Juro nunca haber admirado la belleza de alguien como ella, juro nunca haber deseado llegar a vieja como alguien.En ese momento aquella mujer era la mujer más hermosa del mundo.


sábado, 29 de abril de 2017

Cosa positiva #7 (?)

Reserve una cosa positiva que realmente lo fuera, que me ameritara escribirlo sin tener en cuenta la picazón de mis ojos cansados y llorosos. Vale la pena, de verdad:

Estaba en 3er grado del colegio, eso lo recuerdo claramente. Al terminar las vacaciones siempre era de la niñas que se emocionaba por los nuevos utiles escolares. Me gustaba renovar todo, en especial morrales y colores.

Los colores para mi eran lo más. ¿Cómo podía yo -una potencial artista- lograr mi sueños y metas en la vida sino era con una nueva caja de colores? Siempre preferí los Norma, eran más cremosos (y caros).

Recuerdo pedírselos a mamá, ella sabía que los necesitaba y los quería. Pero por alguna razón, solo mi hermano había recibido colores ese año (probablemente porque yo tenia una cartuchera repleta de ellos, solo que sucios y sin punta,  olvidados porque "guácala, no son nuevos').

Esa tarde que mi hermano recibió su caja, recuerdo haber llorado como nunca. Hice mi alboroto como niña terca, lo mas seguro es que haya evitado hablar con mis padres. Tenia que castigarlos. Mamá me lo explicó mil veces, no había dinero, había alcanzado para una caja. Yo solo escuchaba como mostraba su clara preferencia a él.

Sé que llore tanto, que a la mañana siguiente fui a mi salón con los ojos hinchados, y esa sensación de vacío o desdén que te queda luego de haber derramado demasiadas lágrimas.

Estaba molesta, resentida era la única víctima. Cuando abrí mi morral, me sorprendió ver mi vieja cartuchera limpia, estaba lavada y se veía llena.  Dentro reposaban muchísimos colores ordenados, limpios, y con su punta bien afilada. Habían algunos chiquititos, de esos que apenas te alcanza ver que color verdaderamente son de lo acabados que están, otros medianos, pero todos brillaban de limpio, parecian nuevos.

Dentro había un papelito arrugado, me asuste cuando lo vi. Cerré la cartuchera de golpe y miré hacia los lados para ver si alguien me miraba. Mis ojos estaban aguados y sonreía con mucha emoción.

Volví a abrir la cartuchera, desdoble el papelito y dentro decía algo como:

"No son nuevos, pero perdóname  mi niña.
De mami para chichi. "

Fueron los mejores colores que me han regalado en la vida. Lo que es mas, fue el mejor regalo que me han hecho en la vida.
Y por supuesto, mi mama nunca recibió algún perdón, simplemente no lo merecía por ser la mejor mama del mundo.

Derrumbarse

Nunca había vivido tantos días malos en mi vida.  Nunca tan difíciles, tan insoportables. De esos que pesan llevar, de esos en las que las horas pasan lento cuando no lo quieres y rápido cuando necesitas detener el tiempo.

En algún escrito pasado dije que nunca había sido tan feliz en mi vida, llegue a esta conclusión porque tenia una oferta de trabajo en dólares, había conocido a un chico bonito y cool, sentía que podía pertenecer a algo grande y estaba a punto de emprender la travesía más soñada .

Lo primero se dio, lo que sigue, de mal en peor. En menos tiempo de lo que equivalen mis 20 años de vida, me ha tocado llorar, consolar, tomar decisiones, besar la frente de mi madre, estar allí para mi hermano y hacerle coaching a mi papá, mas veces que nunca antes.

Lo he visto llorar casi a diario, maldecir, dar las gracias, decir te quiero.

En menos de una semana tengo que despedirme de mi hermano. No estoy preparada, sé que es lo mejor para él, es lo mejor para nosotros. Pero no se como lo tome yo, ni quiero imaginar como lo tomen otros.

Durante los últimos días me he acercado mucho a él. Parece que fuésemos amigos incluso. Es triste eso de se valoran más las cosas cuando no las tienes o las perdiste, es totalmente cierto.

Papá no deja de llorar y maldecir y hablar torpemente.

Mamá sigue mirando el infinito y diciendo que todo tiene que salir bien.

Yo tengo miedo y a veces lloro sola, otras acompaña.

Nunca había visto alguien derrumbarse, mucho menos soñé o imaginé en algún momento que se caería en pedazos esa torre entre todos los edificios y ranchos que parecían vulnerables.

domingo, 12 de marzo de 2017

Loreto



Aroma, amor, arpa, amparo. 
 
Tengo una conocida que está en la India comiendo jaleebi y otro conocido del cual casi me enamore que debe de estar tomándole fotos al cielo de Madrid mientras un par de españolas lo miran coquetas.
Me ha tocado pellizcarme para darme cuenta de que estoy trabajando en lo que nunca creí soñé poder trabajar.
Hace menos de un mes creí que se había tomado la decisión más importante de mi vida. Creí que podía pertenecer a ese grupo, que quizás no era aquí, ni era ahora, pero que sería.
Me he convertido –de alguna forma- en sostén de familia, no tengo tiempo ni para revisar las redes sociales, mi cara ahora mismo es un mapa y no tengo ni quiero tener con quien compartir esto.
Me despierto muy temprano en la mañana. Imagino mi vida en unos años, imagino mi vida en unos meses, imagino mi vida en unos días.

Nunca he sido tan feliz e infeliz al mismo tiempo.
Nunca me había sentido tan pequeña e infinita a la vez.
Subir la montaña me calma, y también me hace recordar  rostros y personas que ya no están conmigo.
Me siento absolutamente sola, a veces cómoda a veces solo sola.

Quiero escribir cosas que no pasaron, cosas que mi memoria semántica se empeñó en guardar, como que aquel fotógrafo de nombre monosílabo tiene un perro que podría ser mío un día. Como que le caí bien, que le gustó mi nombre, que sabe que combina con el suyo,  que le gusta jugar conmigo, que le gusta que adivine las sombras de sus manos en su piso de cerámica. Pero no, debería mejor escribir que el fin de semana tuve que ir a la costa, no por gusto, nunca lo hubiese hecho sola (¿por qué nunca lo he hecho sola?).
Conocí a una chica, me confesó que su momento más triste en la vida era cuando se enteró de la responsabilidad tan grande que su mama tenía con su familia, con ella, con sus hermanos y con su abuela. La señora trabaja para alimentar todas esas bocas. Qué ironía, que injusticia, que fastidio. 
¿Su momento más feliz? Simplemente no existía ¡Que miserable! Pensé para luego yo mentir, dije que cuando nació mi prima.
Ahora tecleo -en la lapto vieja  que me ha obligado hablar en inglés seriamente y por primera vez en mi vida- el nombre Loreto y me pregunto, ¿vida que significas?

sábado, 28 de enero de 2017

Los días raros de enero

Soy alguien diferente, me siento diferente - en cierto sentido, y a veces, pero en fin - si, diferente.
Empece el ano como quien quiere tumbar todas esas falsas teorías que mas que creencias absurdas se convirtieron en bolas pesadas atadas a los pies de un prisionero.

Era yo una prisionera? Quizas, mi yo interna grita que SIII! lo era. Lo sigo siendo? No lo se, no quiero ni pensar en ello.

En medio de una crisis - existencial: política, social y familiar, por no mencionar personal - me dije a mi misma "Mi misma, te toca se positiva". Ojo, que digo positiva y no optimista, porque optimista a veces cuesta serlo y aquí mucho mas. Pero positiva se puede ser siempre.

Así, a escasos días de haber empezado el 2017 recibí la primera - de muchas, me grita la consciencia que escriba - buenas noticias. Estoy trabajando en lo que me gusta (?) eso es un tema de discusión que dejo para otro post que probablemente  no exista, el punto es que si. Firme ( si se puede decir así) con una agencia que hace mucha de las cosas que algún día en suenos muy remotos creí podría hacer para ganar la vida de manera feliz.

Estoy agradecida y al mismo tiempo no me lo creo. Pero es como todo, con el tiempo hasta el sueno mas bonito empieza a versele lo negativo, que mas que mostrase negativo, soy yo con  la puta actitud de quien in conforme con todo se cuestiona todo. Siempre seré así?

Pero no, soy alguien diferente. Me siento diferente, quizás fue el hecho de haber estuchado de boca de alguien que quiero que tenia que cambiar mis hábitos ( me dijo gorda y sin el menor tapujo ) lo que hizo darme cuenta de que tenia que cuidarme y eso me motivo a encontrarme - a ti, gracias de alguna manera me tenias que retribuir igualmente-.

Quizás fue darme cuenta de que laboral mente hablando puedo también perder y ganar y volver a perder y que después de todo puede irte bien a pesar de.

O a lo mejor fue mi décimo tercera pseudo ruptura con el veintiavo amor platónico mas platónico de la historia - cuando creías que no volvería a pasar eh? - que me hizo entender que en definitiva estaba loca y era momento de vivir en la vida real (Enserio entendí esto?)

El punto es que soy otra. Ahora sonrió mas, creo que soy mas fuerte y me quiero convencer de que si.
Que sigo teniendo hábitos malos? si, que sigo queriendo hacer mas de mi vida? También (inserte grito desesperado- Que me siguen deprimiendo/frustrando cosas sin sentido como que se me vea media nalga en el super mercado porque no tengo un pantalón decente y el único que uso no me lo quito nunca? CLARO QUE SI.

Pero aquí estoy, tratando de verle lo bueno a todo, intentando hacer lo que quiero y apostando a que resulte de la mejor manera - y convenciéndome de que no tiene nada que ver con el 7 del dosmil diecisiete, ni con el collar de trébol que llevo en el cuello ni mucho menos con la vibra de la gente que me acompana -- creencias que me atan, se acuerdan? esta en las primeras lineas del post-- solo soy yo.