jueves, 1 de mayo de 2014

Dicha en tiempos de poca literatura.

-Simplemente digo que a lo mejor solo tengamos que irnos, la clase quizás la cancelen- le dije a Trice mientras sacaba la pesada guía de Historia Iberoamericana.
-Oye, se que odias este lugar, pero tienes que venir. Ahora dame la guía, sacare las copias lo mas rápido que pueda- mi amiga me hizo un guino.
Había salido del pequeño recinto tan rápido como pude, el olor a papel (y no el olor suave y adictivo olor de los libros, era el puro olor a papel, el olor a vomito) me dio nauseas y saber que me quedaban mas horas en mi detestable universidad me enfermaba. En serio odiaba el lugar.
Pasaron los minutos, y ante el aburrimiento no tuve mas remedio que volver a la librería. Entre y mi amiga permanecía esperando a que la atendieran, la mire con un gesto de cansancio lo mas rápido que puedas eh?
-Creo que se quedo trabada la maquina- dijo.
Genial.
Alguien había entrado detrás de mi y se posiciono al lado de mi amiga. No reconocía su aspecto, así que no le di importancia.
-Hola, podrías por favor averiguar cuantas guías del profesor Blanco tienes aquí?- pregunto el chico.
-Ehm, si espera un momento- respondió la muchacha de la caja.
Pensé que estaríamos ahí todo el día. Mientras olía el nauseabundo olor, pensaba en lo contradictoria que era al querer estudiar una carrera como el periodismo o publicidad (y al mismo tiempo detestar el olor a las copias y el papel)
-Sabes que? Me iré. Y.Y tu también! Me estoy muriendo aquí adentro- no parecía yo la que hablaba, exageradamente amargada y cansada. La universidad sacaba lo peor de mi y en los peores momentos
-Espera! Faltan solo 15 paginas- mi amiga me suplico
-Esta bien, pero cuando salgamos de aquí tendrás que comprarme algo de comer. Estoy.... estoy desahuciada- dije mientras me tumbaba en el mostrador exagerando mi "desdicha"
-Desao que?- dijo mi amiga en un tono lo suficientemente alto como para que el chico a su lado la escuchara- eres tan loca. Esa palabra siquiera existe?
-Si, si existe.- dijo el chico con una gran sonrisa, mientras se metía en la conversación.
Su aspecto era inmejorable cabello negro y rulado, lo suficientemente largo como para que le cayera en su rostro, ojos claros, no se si verdes o grises, pero en definitiva claros, lo se, porque contrastaba con su oscuro cabello. Una lluvia de pecas en su rostro que apenas se apreciaban en la luz y una sonrisa que mata, o matas por ella (ya a esas alturas ni lo sabia) No sabia quien era, que hacia ahí o que estudiaba, pero sabia que fuese quien fuese, era agradable, no como el resto de chicos lindos de la universidad.
Tuve que exhalar todo el aire que retenía en mi (y no sabia desde hace cuanto lo hacia) entonces sonreí de la manera mas natural que pude.
-Es importante que amplíes el léxico, tris- dije en broma, mientras no dejaba de mirar al chico.
El sonrió.
-Vaya lo siento. Pero es que usas siempre unas palabras tan raras!- se defendió mi amiga
El chico seguía mirándonos y yo ya no sentí mas que la habitación oliera a vomito o que me causara nauseas, ni siquiera tenia hambre.
-Es importantisimo de hecho- afirmo el, mientras se reía y sus ojos se clavaban en mi mirada.
No exhales mas. No respires mas. Dile algo.
-Aquí están.
Ah?
-Ah?- sonó la voz de mi amiga.
-Las copias, aquí están - repitió la voz de la chica del mostrador.
-Oh! Gracias cuanto te debo?- pregunto mi amiga mientras sacaba el dinero de su bolso.
Mi mirada seguía perdida en el extraño chico literato. Y el seguía mirándonos como si algo le pareciera gracioso, debía voltear no podía permanecer allí mirándolo sin mas. 
-Al? Nos vamos?- dijo la voz de Trice casi cantando.
-Ahm, si.
El chico levanto levemente su mano y sonrió con amabilidad. Yo hice lo mismo mientras me marchaba de la librería de mi universidad, que había dejado de ser nauseabunda, fría y aburrida para convertirse en el primer lugar donde las letras, la gramática y la literatura se traducían en sonrisas, lindas miradas y (creo yo) felicidad.